y te sigo obsequiando, GRACIAS.

Bajo el sol, las ramas se estiran,

con susurros de hojas que giran.

Un lenguaje de savia y corteza,

un baile en la brisa que no cesa.

Cada nudo, una historia contada,

cada hoja, una risa plateada.

​Los pájaros en el dosel,

cantan melodías a granel.

Trinan secretos con el viento,

de nidos, de vuelos, de contento.

Sus alas rozan la madera,

una charla que el bosque entera.

​De pronto, un silencio se ha impuesto,

el hacha del leñador, dispuesto.

Un golpe sordo, un crujir terrible,

el fin de una charla, irreversible.

La rama, ahora tronco, cae al suelo,

el eco rompe el vasto cielo.

​En un lugar, la leña arde,

es un calor que ya es tarde.

Las llamas lamen el pasado,

el murmullo del bosque ha cesado.

Ahora el fuego charla y crepita,

una historia que la misma repita.

El calor se expande y abraza,

la leña es la que le da vida perdida.