el leopardo sabe detenerse

Érase una vez un hombre llamado Atilio que vivía en una ciudad donde el tiempo se había vuelto obsoleto. Las mañanas se fundían con las noches, y las estaciones cambiaban al ritmo de un parpadeo. Todo era inmediatez.Un día, mientras Atilio paseaba por las calles... notó que las personas a su alrededor no caminaban, sino que se teletransportaban de un lugar a otro. Los edificios no se construían ladrillo a ladrillo, sino que aparecían de la nada. La comida no se cocinaba, se materializaba en los platos.​Atilio, que todavía recordaba los días en que el tiempo fluía de forma lineal, sentía un extraño vacío en su interior. La inmediatez lo había despojado de la espera, de la anticipación, del proceso. Su cerebro, antes una vasta biblioteca de recuerdos y experiencias, se había convertido en un disco duro lleno de archivos corruptos...​un día, Atilio se encontró frente a un espejo. Pero en lugar de ver su reflejo, vio un televisor antiguo. La pantalla estaba encendida y mostraba una secuencia de imágenes aleatorias que cambiaban a la velocidad de la luz: el nacimiento de una estrella, la caída de una hoja, una sonrisa, una lágrima...​Atilio intentó apartar la mirada, pero no pudo. La inmediatez de las imágenes era tan abrumadoras que su cerebro comenzó a derretirse. Se sentía como si estuviera viendo toda la historia del universo al mismo tiempo. El pasado, el presente y el futuro se fusionaron en una sola cosa.​Cuando las imágenes se detuvieron, Atilio miró de nuevo al espejo. Esta vez, vio su reflejo. Pero en lugar de sus ojos, había dos agujeros negros. Su boca era una grieta por la que escapaba un humo gris. Y su cabeza, en lugar de ser un cráneo, era un reloj de arena vacío...​Atilio se había convertido en un fantasma de la inmediatez. Ya no podía recordar quién era, de dónde venía o a dónde iba. Solo existía en ese instante, en ese parpadeo eterno. Su cerebro, su esencia, había sido destruido por la inmediatez. Y al final, se convirtió en una de las muchas imágenes que había visto en el espejo, una imagen que aparecía y desaparecía sin dejar rastro...