mundo del ahora,del antes y a evitar el después.
Bajo la lona,tapamos nuestro ser,
el ring de aserrín nuestra escena.
El domador grita, el público babea,
y el payaso llora y ríe a la vez en su faena.
El trapecista en su cuerda floja,
cree que vuela y que nada lo arroja.
Pero una red lo espera por si falla,
mientras los otros abajo a su fracaso tallan.
El mago, con su truco de ilusiones,
nos vende un mundo sin preocupaciones.
Nos saca conejos y palomas de la manga,
y nos esconde la miseria, la angustia que nos carcome.
Y el acróbata, con sus malabares,
hace malabarismo con sus propios pesares.
Lanza sus sueños, los recoge en el suelo,
mientras la ovación del público sube hasta el cielo.
Somos todos parte de esta gran farsa,
un circo sin fin, que nos abraza y nos esparza.
El payaso, el domador, el mago, el trapecista,
todos somos marionetas en la gran lista.
Y cuando la función termina, y se apaga el proyector,
volvemos a casa, a nuestro oscuro interior.
Pero mañana volvemos al circo, de nuevo,
para seguir representando este macabro juego.
Pero continuaremos,saldremos de esta Matrix,
y nunca nos apagaremos.
¿Es que estamos iluminados o prendidos fuego?.No le hechen la culpa al gusano loco,
del Parque Rodo.
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