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la jaula


La libertad vivía en una jaula dorada...en algunos casos, en otros a la intemperie y en la mayoría en un circulo Karmatico,aunque ella no la llamaba jaula...era su hogar. Sus barrotes eran hilos de sol que se colaban por las mañanas, y su techo, un entramado de estrellas que la arrullaban cada noche...todo ilusión y pura intuición.Siempre había tenido comida, agua y la suave caricia de una mano amable que la acunaba... Nunca le faltó nada,se decía a si misma,se repetía constantemente...
Un día, un gorrión de alas polvorientas se posó en una de sus ramas. Sus ojos eran dos chispas de curiosidad y su plumaje, un remolino de marrones y grises que hablaban de vientos y lluvias. La libertad lo observó con fascinación. Éste curiosísimo pájaro silbaba de otra manera,con  melodía vibrante y caótica que sonaba a risa, a desafío y a pura existencia.
—¿No te cansas de estar ahí dentro? —preguntó el ave con una voz rasposa que parecía llevar el eco de kilómetros volados...
de un viejo mundo atravesado por la flecha de un futuro inexistente y no muy lejano.
La libertad ladeó la cabeza. —¿Dentro? Este es mi hogar. Aquí estoy segura.El pájaro soltó una risita. —La seguridad es un buen nido, pero ¿qué hay del cielo? ¿De los truenos que hacen vibrar las alas? ¿De las montañas que parecen susurrar secretos antiguos?
Libertad nunca había pensado en eso. Su mundo era el espacio entre los barrotes, el aroma a madera pulida y el suave tintineo de su cuenco de agua...las compras en los supermercados...la espera en los hospitales,creer en la democracia sin entender si es parte...libertad estaba harta,y ya no quería migajas de ninguna tarta.
El volador insistió: —¿Nunca te has preguntado qué hay más allá? ¿Cómo se siente el viento contra tus plumas cuando no hay cristal que lo detenga?
Por primera vez, una pequeña punzada de inquietud se anidó en el pecho de libertad. Esa noche, las estrellas en su "techo" le parecieron menos brillantes, los hilos de sol de la mañana, menos dorados. La jaula, antes un refugio, comenzó a sentirse como lo que era: una prisión...no recuerdo bien que filósofo griego decía que el cuerpo es la prisión del alma...pensaba.
Había oído hablar de la gnosis y lo irreal pero no andaba con ganas de profundizar...pues esto le requería "demasiado pensar".
Al día siguiente, el pájaro regresó. Libertad lo miró con ojos nuevos.
—¿Y si tengo miedo? —preguntó.
—El miedo es solo un compañero de viaje... pero no es el piloto...dijo el alado.
La libertad tomó una decisión. Con un temblor en sus pequeñas patas, se acercó a la puerta entreabierta de la jaula. Había pasado inadvertida durante toda su vida, parte del diseño, o quizás, una broma del destino. Empujó. La madera cedió con un leve crujido.
El aire exterior la golpeó. Era más frío, más ruidoso, y olía a tierra mojada y a algo indefinible que solo podía ser... libertad...que era su HERMANA GEMELA.
Cayó unos centímetros antes de que el instinto la impulsara...con desesperación, con el corazón martilleándole en el pecho. El PÁJARO QUE YA SE MOSTRABA COMO UN ANGEL...voló a su lado, guiándola.
Poco a poco, LIBERTAD encontró su ritmo. El viento bajo sus "CHIPS" MENTALES se convirtió en un abrazo. La luz del sol en su VIAJE, en una caricia sin barreras. Vio el mundo como nunca antes: árboles que se extendían como brazos hacia el cielo, ríos que serpenteaban como venas de la tierra, y una inmensidad azul que prometía infinitas posibilidades.
No fue fácil. Hubo momentos de incertidumbre, de hambre y de cansancio. Pero cada día, con cada nuevo temor, Libertad sentía que estaba naciendo de nuevo. Comprendió que la verdadera seguridad no estaba en una jaula dorada, sino en la capacidad de extender las propias ideas e intuiciones y en "la barriga le daban temblores"y de elegir el propio destino... dentro de lo que pudiera,porque ya estaba marcado.
Desde entonces, Libertad nunca regresó a su jaula. Se unió al Ángel y a otros pájaros, volando libre, explorando horizontes lejanos. Y aunque a veces extrañaba la comodidad de su antiguo hogar, sabía que el verdadero tesoro no era lo que poseía, sino lo que era: un ser libre, dueño de su propio vuelo.
Hasta que despertó del más hermoso sueño que jamás había tenido,eso sí más rebelde y con perfume de utopía.


Comentarios

  1. Es hora de saber quien escribe tan hermoso,los felicito,te felicito.
    Montevideo

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