duermen por acá
La noche intimida sin sol,
un ojo oscuro, vasto y glacial.
Las estrellas, motas del cielo,
se clavan en el velo espectral.
No hay oro que tiña la penumbra,
ni nube que deshile el telar.
Solo la luna, pálida y dumbra,
espejo roto en el hondo mar.
El mundo duerme, un soplo apagado,
bajo el manto de un cielo sin ti despierto/a.
Y el alma, en su silencio anegado,
busca un eco, un hilo, una cruz.
La noche parpadea sin sol,
promesa ausente, sueño baldío.
Solo el viento, un lúgubre sueño
murmura cuentos de vacío.
Y yo me lleno sin ruido.
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