cocinando
Son las 23 y pico de la noche,ando quitándome reproches y sin parar con mis compañías hermosas haciendo canelones.
Conversamos, gané de pura suerte a la escoba de 15 con barajas o naipes bien gastados. Suenan canciones, conversaciones y el silencio que antecede a la primera nota de una melodía improvisada:
El aire se detiene, denso y expectante,un lienzo invisible que el tiempo congela.
Ni voz, ni cuerda tensa, ni tecla de marfil,
solo el susurro tenue de la idea que vuela.
No es el silencio vasto que traga las estrellas,
ni el que mora en la piedra, olvidado y profundo.
Es el latido inaudible antes de la querella
de notas que se buscan, naciendo en un segundo...su turno es mi partida...hacia un lugar de entrada y siempre con salida.
Un vacío que vibra, promesa de sonido,
el aliento contenido en un instante puro.
Antes que el alma hable, antes que el eco anide,
la paz de lo que llega, lo incierto y lo seguro.
Es el umbral que cede, el punto y la coma..
y hay apetito en el cuadro.
La gata "garronea"mimos y la perra es pura lealtad...
donde el caos se ordena en rítmica quietud.
La chispa que germina en la mente encendida,
y las paredes dormidas detestan la humedad.
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